Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla… Génesis 1:27-28
Cuando Dios creó el hombre y a la mujer, no los creó con un propósito aislado, sino que los creó, los bendijo y les dio la tarea de usar el potencial que tenían al unirse como uno solo, para que funcionaran bien, lo cual se convertiría en frutos y multiplicación no solo de la tierra o de la raza humana, sino de todo lo que ellos representaban como pareja, extendiéndose hasta los hijos y los nietos.
El primer matrimonio era funcionalmente perfecto, operaba según el diseño de Dios. Pero después de la desobediencia, el pecado entró en su relación, sacándolos de ese estado perfecto, y de ahí en adelante hasta el día de hoy cada matrimonio se ve afectado por las consecuencias del pecado, y tiene que luchar y trabajar en la relación para que sea un matrimonio funcional.
Por eso la mayoría de los matrimonios necesitan ajustes para llegar a ser funcionales y tener un alto nivel de éxito y bendición. Por lo tanto, permita que el Diseñador del matrimonio ajuste el suyo.
Cada matrimonio empieza con la gran ilusión de que van a ser felices. La verdad es que algunos de ellos al poco tiempo se deshacen.
Al hablar de matrimonios funcionales no puedo dejar de pensar en el dolor que muchos de ustedes han experimentado en el pasado por el fracaso de una relación. Muchos han atravesado por épocas muy difíciles las cuales han superado, o tal vez aquí hay otros que están viviendo actualmente en medio de una crisis matrimonial.
Lo más precioso es que Jesucristo, los ama y les acepta a cada uno de ustedes con sus cualidades y defectos, y quiere bendecir su matrimonio sin importar la condición en la cual se encuentra su relación.
No quiero que nada de lo que yo diga sea tomado como un juicio o crítica a la manera como usted ha manejado sus relaciones en el pasado. Yo no estoy para juzgar o condenar lo que ustedes han hecho con su matrimonio. Ayer es el pasado, y se ha ido para siempre. Hoy es ahora y lo que hagamos hoy determina lo que pasará en el futuro.
Antes de hablarles de un matrimonio funcional, compartiré dos puntos que se han convertido en mitos equivocados sobre el matrimonio.
1. Un Matrimonio Funcional depende de la Compatibilidad.
Si la compatibilidad fuera un requisito, mi esposa y yo no podríamos estar juntos hoy. Yo podría escribir un libro sobre todas las áreas en que mi esposa y yo somos diferentes. Pero todos ésos son aspectos en los cuales no está centrado nuestro matrimonio. Lo más importante son nuestros valores sobre los cuales gira nuestro matrimonio.
Cuando personas imperfectas e incompatibles desarrollan un carácter basado en el compromiso y en el amor, juntos pueden llevar una vida maravillosa.
Debemos comprender que el cerebro del hombre funciona muy diferente al de la mujer, y si la compatibilidad fuera la clave para los matrimonios funcionales, entonces desde que Eva abrió sus ojos por primera vez, el matrimonio estaba condenado al fracaso total.
Las diferencias son parte de la gloria de Dios con que creó al hombre y a la mujer. Dios no quería dos seres iguales. Es una tragedia ver a hombres que quieren ser mujeres y a mujeres que quieren ser hombres.
El otro mito es…
2. Un Matrimonio Funcional es aquel donde no hay Desacuerdos.
Siempre habrá desacuerdos porque somos diferentes. Pero los matrimonios funcionales saben poner límites y luchar justamente. Ellos han encontrado la forma de manejar los conflictos que aparecen debido a sus diferencias como hombre y mujer.
Algunas personas nunca tratan con los problemas, ellos siguen empujándolos bajo la alfombra. Alguien les dijo que los buenos cristianos nunca tienen pleitos y todos queremos ser buenos cristianos, ¿no es así? De esta manera los problemas nunca se resuelven, y continúan enconándose hasta que es demasiado tarde.
Cuando un matrimonio se vuelve disfuncional, es porque dejaron que el ego triunfara sobre el propósito del matrimonio, siguieron pensando en el “yo” y nunca pensaron en el “nosotros”.
Cada uno pensaba en lo que le convenía y le beneficiaba personalmente, en lugar de lo que le convenía y le beneficiaba al matrimonio. El asunto no es cuanto me va a dar o a beneficiar este matrimonio, sino cuanto estoy dispuesto a aportar e invertir en él.
En un matrimonio funcional los dos deben entrar a la relación dispuestos a aportar el 100%. Por eso se requiere de salud emocional y de un compromiso muy profundo, ya que el matrimonio es una vía de dos direcciones, donde constantemente están usando las dos vías.
No existe una relación saludable donde uno solo es el que tiene este nivel de compromiso, porque tarde o temprano se cansará o se fundirá de tanto dar sin recibir. El que da y nunca recibe se debilita y muere, el que recibe y nunca da se parasita y muere, pero el que da y recibe se fortalece y crece.
Ahora usted ya sabe, que el éxito en su matrimonio no tiene nada que ver con la compatibilidad o con la ausencia de tensión y conflictos.
3. Los Matrimonios Funcionales se Edifican sobre Valores Bíblicos.
Estudios ha demostrado que las mayores causas de fracasos matrimoniales son: el dinero, el sexo y la comunicación. Quiero declarar categóricamente que esos tres aspectos no son la causa real del fracaso en el matrimonio.
¿Que nos indica cuando un matrimonio tiene problemas de dinero, dificultades en la alcoba y mala comunicación? Estos problemas simplemente me dicen que ellos están ignorando los valores y principios Bíblicos o que existe una desobediencia consiente a estos principios. Estos problemas también me dicen que el desarrollo del carácter de uno o de los dos se obstruyó en la niñez o en la adolescencia.
Para que un matrimonio sea exitoso, se requiere que los dos crezcan en carácter y en obediencia a los principios establecidos por el Diseñador del matrimonio.
4. ¿Qué hacen los matrimonios funcionales?
A. Los dos han pactado quedarse juntos para toda la vida.
Para ustedes el divorcio nunca debe ser una opción. Por lo tanto, ustedes tienen que aprender a lidiar con sus problemas o el resto de su vida será un infierno viviente.
Jesús dijo que el divorcio nunca ha estado en el plan del original de Dios. Jesús dijo, «Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así«. (Mateo 19:8) Observe que el divorcio fue originado por el hombre y es debido a la dureza de corazón. Es importante que usted diga, «yo estoy en este matrimonio para toda la vida y yo nunca consideraré el divorcio».
B. Los dos se comprometen a crecer espiritual y emocionalmente.
Cada problema en el matrimonio proviene de un rasgo del carácter no desarrollado o un periodo de frialdad espiritual. Eso también es verdad en la mayoría de las sesiones de consejería que me ha tocado conducir.
Cuando un cónyuge reclama, «Tu no me amas», lo que realmente está diciendo es, «Tú estás actuando de una manera inmadura, como un niño. Me has hecho a un lado y ahora solo te enfocas en tus propios intereses». Esto es producto del egoísmo.
Permítame presentarles lo que Pablo dice sobre el amor en I de Corintios 13:4-7. «El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
En este pasaje de las Escrituras Pablo realmente está describiendo rasgos del carácter de una persona que puede llegar a amar a ese nivel. Note los rasgos positivos que él menciona. Paciencia, bondad, verdad, cuidado, esperanza y perseverancia.
Ésa es una lista representativa para ilustrar que nuestro amor es basado en lo que nosotros somos, y no en lo que nosotros decimos.
La primera realidad que usted nota cuando lee estos versos, es que:
1) Nosotros expresamos nuestras emociones a través de nuestro carácter.
Nuestro carácter es el verdadero yo, es lo que nosotros somos.
Nuestra sociedad expresa el amor cuando se refiere al romance.
Cuando un hombre y una mujer experimentan esos sentimientos especiales entre sí, ellos llaman a esto amor. Por otro lado, la ciencia dice que esos sentimientos especiales son simplemente un aumento en los aminoácidos que duran solo tres años, y al final de estos tres años la pasión romántica disminuye. Pero Pablo dice, que nuestro carácter determinará el éxito de nuestra relación matrimonial.
Necesitamos entender que fuimos creados para movernos en tres esferas de relaciones:
- Con Dios
- Con nosotros mismos
- Con otros
Por lo general lo que más llama nuestra atención son los problemas en las relaciones con otros, en este caso la relación con la persona que está a su lado. Simplemente, porque de las tres esferas de relaciones, donde no se pueden ocultar y salen a la luz los problemas es en nuestra relación con otros.
La realidad es que los problemas con otros son el resultado de tener una mala relación con nosotros mismos y una mala relación con Dios.
No trate de tener un matrimonio funcional, sin antes reparar la relación con usted mismo y con Dios. Probablemente hay cosas en su vida, en su carácter, que ni su cónyuge conoce. Por eso su esposa(o) no le entiende y a veces ni usted mismo se entiende. Pero cada uno necesitamos el carácter correcto para tener un matrimonio funcional. El problema no es su cónyuge, el problema es usted, por causa de su carácter.
Una expresión antigua dice, «Nosotros nos volvemos como las personas con quien nosotros nos juntamos». Si usted quiere el carácter que le va a dar éxito en el matrimonio, el cual es equivalente al “Camino de Rectitud” mencionado en la Biblia, camine con Jesús, invierta tiempo en Su palabra y usted será motivado a hacer cambios en su carácter buscando Su semejanza. Lo cual a su vez hará una gran contribución para mejorar su relación consigo mismo y con su esposo(a).
2) Su carácter maduro le permitirá llegar a ser quien su cónyuge necesita.
Entonces usted podrá resolver sus problemas diarios. Cuando la tensión se va, aparece la alegría interna y la felicidad. Es un proceso diario con el que usted se compromete. En lugar de enfocarse en sus áreas de incompatibilidad, usted descubrirá la bendición de poder mezclar las debilidades de su esposa con sus fortalezas y viceversa, llegando a complementarse el uno con el otro. Y la vida abrirá nuevas puertas de bendición para su matrimonio.
La conclusión: Usted sostiene su matrimonio en sus manos, en lo que usted lo convierte es su decisión.
Pero quiero aclararles algo.
3)Usted controla sus decisiones, pero usted no controla las consecuencias.
Por eso es muy importante que tenga cuidado con las decisiones que toma en todos los aspectos de su vida, especialmente en su matrimonio, donde hay otros que dependen de esas decisiones.
Hoy es el día de grandes decisiones.
Un matrimonio por fuera se puede ver saludable, exitoso, sin embargo, por dentro puede estar cayéndose a pedazos. Porque el ser humano es especialista en sepultar los problemas, los dolores, las frustraciones, y pensar que todo está bien.
Cuando usted tiene una simple gripa, todo su cuerpo se siente mal y su estado de ánimo decae, entonces no puede funcionar correctamente. Diríamos que es un cuerpo disfuncional en ese momento.
De la misma manera el matrimonio es como un cuerpo, formado por un hombre y una mujer, el cual tiene que estar saludable para que pueda funcionar correctamente. Cuando este cuerpo se enferma, se vuelve disfuncional y comienza a causar estragos en su propia relación y en la vida de los hijos.
Recuerden, la gran mayoría de ustedes aprendieron los conceptos sobre la vida matrimonial de otros que tampoco tenían idea sobre los principios establecidos por Dios para el matrimonio.
David cuando estaba sufriendo las consecuencias de su fracaso moral en su matrimonio dijo en el Salmo 51:5, He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. La gran mayoría hemos cometido errores, y otros horrores en su relación matrimonial, por causa de haber sido criados en un ambiente completamente alejado de Dios. Con una religión que nunca hizo nada por nuestras vidas.
La verdad es que hoy en día hay todo tipo de problemas matrimoniales. Desde los más consagrados hasta los más alejados de Dios. Desde los que llevan poco tiempo de casados hasta los que llevan años de matrimonio.
Cada uno guardando en su mente y en su corazón diferentes ideas acerca de Dios, de la vida, del matrimonio. Con diferentes experiencias en el pasado, tanto de la infancia, de la adolescencia, como de adultos.
Muchas experiencias buenas, pero también muchas dolorosas y traumáticas, las cuales han impactado nuestras vidas, causando estragos en nuestras emociones.
Es difícil llegar a ser adultos sin haber sido heridos en nuestro caminar. Muchas de esas heridas han sido muy profundas y han afectado negativamente nuestra vida y nuestro matrimonio. Hemos llegado hasta aquí como parejas, manteniéndonos a flote por la gracia y la misericordia de Dios, más que por lo que hayamos hecho nosotros mismos.
Minutos atrás les mencione que un matrimonio funcional depende de nuestro carácter. No fue que usted nació así con ese carácter que usted tiene, este se fue formando desde los primeros años de vida. Fue aprendido. Y si tiene debilidades, fallas, la buena noticia es que el carácter se puede cambiar.
Hoy, Dios quiere hacer una obra trasformadora, restauradora de nuestro carácter. Este es nuestro propósito, que usted conozca más a Dios y use Su poder para trabajar intencionalmente en un cambio de su carácter.
Esposa, esposo, salga de ese concepto de que así soy yo, y así tienen que aceptarme. Eso se llama orgullo. Es no reconocer que hay áreas de su vida que tienen que cambiar. Olvídese de cambiar a la persona que está a su lado. Si Jesucristo no ha podido hacerlo, usted menos lo va a poder hacer.
Tampoco espere a que la otra persona cambie, para cambiar usted. Empiece por aquello que está bajo su control, que es su propia vida.
4) Usted no es responsable por las acciones de su cónyuge, pero si es responsable por las suyas.
Cuando usted logra hacer cambios en su carácter, le está enseñando a la persona que está a su lado que es posible cambiar, y lo que esta persona no había intentado antes, ahora se animará a hacerlo.
¿Cómo es que un matrimonio llega a ese nivel de desencanto y dolor? ¿En qué punto de la jornada, se perdieron dos personas que comenzaron con tanta ilusión y esperanza? Estas preguntas son hechas sobre una innumerable cantidad de matrimonios, muchos de los cuales gastaron grandes cantidades de dinero en ceremonias fastuosas, pensando que ese momento era lo más importante en sus vidas.
De repente parece que despiertan y se encuentran en un barco a la deriva, en medio de una tormenta, sin saber cómo llegaron allí, olvidando que eran ellos los que tenían el timón de la embarcación.
Una costumbre de muchos matrimonios es no tratar los problemas, culparse o reprocharse entre sí, acumular resentimientos, dejar todo en manos del tiempo, ocuparse de cosas ajenas al matrimonio para desviar la atención, y muchos otros métodos más, lo cual poco a poco va minando la relación conyugal.
Y cuando aparece la crisis, surgen respuestas tales como: Son cosas del destino, fue una mala suerte y otras más que nos libran de la responsabilidad de lo sucedido. Debemos partir del principio de que:
5) Somos un Mundo de Diferencias
La razón porque llegamos a ser disfuncionales, es porque no creamos el espacio donde se puedan descubrir las diferencias, no para eliminarlas, sino para armonizarlas, porque es allí a través de la convivencia donde mostramos nuestra individualidad, y somos valorados por lo que somos y no por lo que el otro quisiera que fuéramos.
Porque el verdadero amor es aceptar a otro, y no transformarlo a nuestra imagen. Es reconocer que la otra persona es completamente diferente porque vivió una infancia diferente, que tuvo experiencias diferentes, que hay rincones en su alma en los cuales probablemente yo nunca entraré, sin embargo, ahora estamos juntos en una sola carne, formado ese organismo vivo llamado matrimonio.
En ese reconocimiento de quien es la otra persona nace la posibilidad de construir un matrimonio funcional.
Finalmente, estamos ante un dilema. Tenemos problemas en nuestro carácter, el cual a afectando nuestra relación matrimonial. Como dijo Pablo: Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Romanos 7:19-20.
He buscado la manera de cómo mejorar mi matrimonio, pero no lo he logrado. No sé qué hacer. Pablo lo dijo: ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Romanos 7:24.
Pero él mismo da la respuesta en el siguiente verso, ¡La respuesta es Jesucristo! Él es el único que puede sanar los corazones heridos, y quitar esas diferencias enfermizas que destruyen diariamente miles de matrimonios.
Dios quiere en este día sanarle para que puedan tener un matrimonio funcional.